30 ene 2011

Más que amor, frenesí

La semana está culminando y el contenido ha sido verdaderamente frenético: nervios, preparativos, ensayos y ¡acción! Ésta ha sido más duradera de lo que en un principio pensaba. Acabaría después de haber realizado mi foto en la escuela y, como mucho, se alargaría hasta el viernes, que sería yo la modelo…

El día amaneció tranquilo y desconocido para mí. No sabía exactamente qué me iba a hacer Judit: vestimenta, peinado… sólo tenía que llevar mi pelo rizado. La verdad es que me era un poco indiferente, después de los apuros del look que uno mismo quiere crear, lo más fácil es ser la modelo y que me hagan lo que quieran, yo lo veo así. Me puse el vestido que ella trajo, y entre paseos al lavabo, al tocador y al rincón H2O, Ianire me invitó a la fiesta de cumple de Ania, que tendría lugar en su casa sobre las 21:30h. Joder! tenía muchas ganas de salir con ellas porque ya me lo han dicho en repetidas ocasiones y no he ido, pero a las 20:30h tenía la inauguración del piso de mi profesora de danza y era prácticamente imposible por cuestiones del dios Cronos.
La mañana continuó con el maquillaje y el cabello suelto y cardado, a base de enredos y laca extrafuerte. Me iba a acordar de alguien… De repente, se escuchó la voz de Merçè para buscar a una voluntaria que hiciese de modelo por la tarde porque una compañera se había quedado sin su pareja. Vacilé en ofrecerme, si salía a las 19h el dios Cronos de nuevo iba a interponerse en mis planes, pero decidí hacerle el favor a la chica. Finalmente el estilismo quedó extremado y genial. Lo normal es que después posar de las decenas de maneras que te va diciendo la fotógrafa, cojas tus cosas y te vayas, más si es viernes y son las 12h, pero yo padecía una especie de síndrome de nido vacío y me quedé entre charlas y risas disfrutando de los trabajos de mis compis, incluso sabiendo que iba a estar cuatro horas más.
Durante esos 240 minutos gocé de los artistas que tenía a mi alrededor, de los agradecimientos de las profesoras, del buen ambiente y, sobretodo, de mi maquilladora que, a pesar de tener que amoldar su idea a mis facciones, se supo defender. Eso sí, me cardó mucho más el pelo, esta vez en un recogido y con mil mililitros de gomina, y para acordarme más de ella, si cabe, los brazos iban pintados con AguaColor, uno en negro y otro en rosa… En fin, si uno se pone a hacer un favor, se pone de verdad. Las fotos de estudio que pude ver quedaron fantásticas.
Salía de la academia a las 19:10h aproximadamente, pues me tuve que lavar los brazos, desmaquillar e inventar un peinado menos llamativo para enfrentarme a los ciudadanos del metro. Creo que, a pesar de mi moño, no lo logré pero me iba a durar hasta que pudiera lavarme la cabeza. Ducha rápida, algo de make up y ropa para las citas, ya no podía parar el frenesí y decidí que no podía dejar escapar los planes a los que había sido invitada por buena gente. Llegué al piso de Rebecca sobre las 20:45h y me quedé maravillada con el encanto, buen gusto y magnitud de su hogar en pleno corazón de la ciudad. Se lo ha currado e incluso tiene su propia sala, lavabo y vestidor para sus clases de baile, que me dieron más ganas de volver a la danza del vientre. Fue muy ameno, con cava, pica-pica y el sonido constante del timbre. pese a no conocer más que a ella y a su marido, estuve conversando amigablemente con algunas chicas más, sobre todo con Lis. Con ella salía de casa de Rebecca sobre las 22:30h. Todavía me esperaba el cumpleaños. ¡Cómo me gusta improvisar! Así que llamé a Ianire unas cuántas veces par saber cómo llegar, luego me di cuenta que hubiese sido más fácil que me facilitara la dirección desde el principio… No sé a qué hora llegué, pero allí estaban ya todos. Qué bien estuvo, ¡ahí va la hostia! Primero en casa, con el cachondeo propio de la fiesta, el tema oportuno entre las stickartistas, imitaciones varias y la actuación de un monologuista cuyo nombre no recuerdo. Aunque ya hace años que opto por la cerveza, esa noche era muy joven y permitía un poco de mezcla. El resto de la noche tuvo lugar en la calle, camino de casa de Eneritz, con una cerveza en la mano y un mini en la otra incitando una denuncia por botellón, y en Razzmatazz.

Lo pasé fenomenal, yo en estado puro. Con mis pelos tibantes que ya hacían mella en mi cuero cabelludo pero muy bien acompañada. Gracias mis niñas! Gràcies, grazie, ezkerrik asko! Y hasta aquí puedo escribir… una imagen vale más que mil palabras, así que os dejo la foto de la tarde y espero recibir las de la noche. Muxu.

5 comentarios:

  1. me encanta!!! YTO TB LO PASE INCREIBLEMENTE GENIAL y la foto mola mazo! KAUEN LA OSTIA!

    Irati

    ResponderEliminar
  2. Genial, Vanessa... me salvaste la vida.

    Me encantó maquillarte. A veces, los problemas se convierten en nuevas soluciones + nuevos aprendizajes.

    Ayer por mí, mañana por tí.

    Gracias! Hasta pronto!


    *M.

    ResponderEliminar
  3. Buena foto, ya te lo había dicho.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. y tú estás muy guapa, si no, la foto no sería tan buena

    ResponderEliminar

AHORA TE TOCA A TI, ESCRIBE... Me gustará leerte