28 ago 2010

El Crápula Poeta

Ya tardaba mucho en publicar algo sobre él y supongo que no será la única entrada que escriba. Anoche, mientras hacía grandes esfuerzos por relajar mi mente y caer rendida en un plácido sueño, él acudió a mi pensamiento y lo llenó de enlazadas y armónicas palabras, que hoy seguramente ya no pueda redactar de manera tan fluida. Él es Joaquín Sabina.

Para mí, es uno de los grandes, sí sí, ya sé que no es una hermosa y melódica voz, pero hasta el rasgado y despedazo sonido de ésta, junto a esas letras que echan mano de un estilo barroco, la convierten en conmovedora. Es esa poesía barroca, pesimista y de falsas ilusiones pero llena de contrastes, que habla del amor y del desamor con la finalidad de impresionar los sentidos y la inteligencia, con un lenguaje pomposo y a la vez sencillo, la que hace de sus composiciones, llanas canciones con auténticas expresiones desgarradoras. Eso por no hablar de sus mensajes izquierdistas, en contra de regímenes autoritarios y religiosos y sobre sus experiencias en el exilio.
De momento he tenido el honor de ir a dos conciertos suyos, sólo dos y no serán los únicos, y han sido lo más emocionante que he vivido, musicalmente hablando. Cómo se me aceleraba el corazón y me estremecía al escuchar en directo tales poemas y ripios de la vida cotidiana. Mis dos grandes orgasmos, musicales!
También tuve ocasión de asistir a un evento humorístico, dirigido por Hotel Cochambre, que homenajeaba la trayectoria de Sabina a través de sus temas, cuyo espectáculo se llamaba Hotel, dulce Hotel. Lo más anecdótico fue que conseguí dos entradas al ganar un concurso que proponía la propia compañía. Éste consistía en elaborar un pareado donde aparecieran "Joaquín Sabina", "Hotel, dulce hotel" y "Hotel Cochambre", y lo hice con esto:
En el Hotel Cochambre, Hotel dulce hotel, A la orilla de la chimenea, he soñado Contigo.
Así estoy yo sin ti, Joaquín Sabina, Y sin embargo, siempre estás conmigo.


De este modo, un tío flaco, ateo, vicioso, que utiliza el arte de servirse de la palabra para deleitar, persuadir y conmover, se convierte en mi poeta por excelencia, y hace del amor, la mejor y única religión.

4 comentarios:

  1. quería comentar algo pero, la verdad, no se me ocurre nada más que decir, al margen que también admiro a Sabina. Dicho queda, ya seré más reflexivo en otra ocasión.

    O no. ;-)

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  2. A mi me lo descubrió Marta. El hombre del traje gris, Yo mi me conmigo... que grandes discos...

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  3. Marc, no me puedo creer que no lo conocieras hasta entonces... Con lo melómano que tú eres!!!
    Besos

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  4. el 28 d'octubre al PALAU SANT JORDI....

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