28 dic 2010

Felices fiestas! bla bla bla y FELIZ 2011

No sé si llego algo tarde con esta felicitación, el caso es que no he tenido oportunidad de hacerlo en los días clave, y si la hubiesra tenido, pues quizás hubiese preferido escribir de otra cosa.

Este año he acabado por confirmarme que no me gusta la navidad. No hay una razón determinada para ello, de hecho en casa no hay hipocresías, zalamerías ni otras pamplinas dignas de muchas familias en estas fechas. Por suerte y espero que por mucho tiempo, tampoco me falta ninguno de los seres más amados del clan. Por eso he pasado las grandes citas de manjares como si nos hubiésemos juntado en otras ocasiones durante el año. ¿Y es que, joder, hay que juntarse, poner buena cara, mejores deseos y pegarnos magnos atracones porque nos lo dicte la sociedad? No sé, quizás estoy resultando un poco trangresora, cuando precisamente soy una amante de la familia, de los amigos y de los gestos bondadosos, pero ante todo de la sinceridad y de la espontaneidad. Así pues, no a los tumultos en los mercados de marisco, al gentío en toda clase de comercio, al gasto innecesario de millones de luces que favorecen al consumismo prematuro, sin desmerecer las exquisitas y sencillas comidas, los alentadores regalos y la existencia de la magia.
Yo soy más de fin de año, o año nuevo, según se mire. Para mí, es el único suceso real de esta época, junto con los días festivos, claro. Causa y efecto, espacio y tiempo. El hecho matemático y temporal, la hazaña de acabar un año y empezar otro. El momento de hacer balance, de lo acontecido y de lo que está por llegar, por lograr, por cambiar. Se abre un camino a la esperanza por mejorar, mas se cierra otro de frustración, quizás. Sin embargo, en la transición se encuentra la senda a la nostalgia. Ese momento cierto, verídico y empírico de las 12 uvas, que bien podrían ser 12 cerezas, 12 olivas, pero que realmente son 12 toques de campanas a la hora señalada. Instante que desearía compartir con todas las personas importantes en mi vida, ¡todo una proeza!

Ese intervalo de tiempo, tal vez como metáfora de un ciclo, de una década, este año será diferente. Lo pasaré fuera, físicamente lejos de mi estirpe pero más cerca que nunca de su origen. Por ello, aunque tarde para decir feliz navidad, me adelanto en desear un FELIZ 2011 y qué salga el sol el día 1 como símbolo para los 364 restantes!!!

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